sábado, 29 de marzo de 2014

CAMBIO DE HORA. NO LO OLVIDES. ESTA NOCHE.....

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Este domingo a las 2.00 serán las 3.00

Como cada año, desde 1974, se adelanta el reloj para poder aprovechar mejor la luz solar y consumir así menos electricidad
En la madrugada de este domingo 30 de marzo comienza el horario de verano y los relojes deberán adelantarse una hora, de manera que a las 2.00 horas serán las 3.00 horas. Gracias a este cambio disfrutaremos de más horas de luz y notarás que se hace de noche más tarde.
El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación.
La UE establece con carácter permanente las fechas de inicio del periodo de la hora de verano (en el que, como ahora, se adelanta el reloj una hora) y su finalización (cuando se retrasa el reloj una hora), produciéndose el último domingo del mes de marzo y el último domingo del mes de octubre, respectivamente.
La normativa sobre el cambio horario tiene impactos positivos no sólo sobre el ahorro sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.

10 consejos para ahorrar energía con la iluminación

1.- Aproveche la luz natural. La luz del sol es gratis.
2.- Olvidarse las luces encendidas cuesta caro. Cuando salga de una habitación apague la luz
3.- Hay bombillas que gastan mucho menos que las incandescentes. Se denominan de bajo consumo o fluorescentes compactas y son ideales para puntos de luz con uso diario superior a las 3 horas. Ahorran hasta un 80%.
4.-También existe una alternativa más eficiente a las lámparas halógenas. Las lámparas LED pueden permitirle ahorrar hasta un 80% en el consumo de energía de ese punto de luz.
5.- La iluminación localizada es una buena idea. Contribuye además a crear ambientes más confortables y acogedores.
6.- Utilice colores claros para decorar su casa. El ambiente es más luminoso y necesitará menos luces.
7.- Limpie con regularidad las fuentes de luz. La suciedad acumulada dificulta la correcta difusión.
8.- Utilice reguladores electrónicos de flujo para las halógenas. Nos permiten adecuar el nivel luminoso a una necesidad concreta.
9.- Acuérdese de los tubos fluorescentes. Especialmente indicados para baños, cocinas, trasteros y garajes.
10.- Instale detectores de presencia en las zonas de paso. Activan y desactivan automáticamente la luz.

¿Por qué cambia la hora según la zona del mundo donde vives?

La creación de las actuales zonas horarias data de finales del siglo XIX. En muchas ocasiones el huso horario de un país responde a razones políticas o económicas
La idea de fondo es que con el cambio horario se hace coincidir el comienzo de la jornada laboral con el amanecer, aprovechando mejor la luz natural. El IDAE (Instituto para la Diversificación del Ahorro y la Energía) estima que esta medida permite ganar hasta 135 horas de luz.

El meridiano de Greenwich

La creación de zonas horarias data de finales del siglo XIX. Entonces, el huso horario se establecía de forma arbitraria, dificultando las relaciones internacionales y sobre todo la fluidez en el transporte. Fue precisamente un ingeniero de ferrocarriles, Sir Sandford Fleming, el primero en reclamar la necesidad de un horario estándar y universalmente aceptado.
Con esta idea de fondo, representantes de distintos países se reunieron en Washington en la famosa Conferencia del Meridiano. El diseño final del horario universal dividía el mundo en 24 zonas horarias distintas, delimitadas por meridianos que iban de norte a sur, dando al planeta la apariencia de una enorme naranja. Desde el meridiano cero, en Greenwich el reloj avanzaría una hora hacia el este, meridiano a meridiano, y la restaría hacia el oeste.

Como la Alemania nazi

A pesar de que Greenwich ayudó a establecer un horario universal, en el mundo todavía quedan lugares que viven en un constante desajuste respecto de su horario solar. Por ejemplo, en España.
En el Franquismo se estableció que nuestro país viviría con el mismo huso horario que la Alemania nazi y no con el de Greenwich, que es el que le correspondía geográficamente. La anomalía pervive hasta nuestros días, retrasando los horarios respecto de los europeos. Un español cena a las diez, porque sus diez, son las nueve del portugués. La subcomisión parlamentaria para el estudio de la Racionalización de Horarios puso sobre la mesa del Congreso la necesidad de un cambio de huso horario en España, que lo acople de nuevo a la hora de Greenwich. Sin embargo, la medida no se ha llevado a cabo por el momento.
La hora a la que nos levantamos, vamos a trabajar o llegamos a casa se decide rara vez de forma trivial. Su establecimiento responde en la mayor parte de los casos a motivos políticos y económicos y sirve para explicar buena parte de la historia de los países.

Consejos para afrontar el nuevo horario con alegría

Aunque todos los equipos electrónicos actualizan la hora automáticamente, nuestro organismo no se «actualiza» automáticamente. Te damos algunos consejos para adaptarte al horario de verano
Cuando nos levantemos el domingo, el reloj del móvil, el de la televisión y el del ordenador se habrán actualizado automáticamente al horario de verano pero, en cambio, tendremos que adelantar manualmente el reloj de muñeca, el del horno o el del coche... pero ¿qué podemos hacer para cambiar nuestro reloj interno? Según el Dr. Steven Feinsilver, director del Centro de Medicina del Sueño de la Facultad de Medicina Icahn del Hospital Mount Sinai de Nueva York nuestro reloj tarda en reprogramarse algo más de 24 horas ya que va un poco por detrás de la hora del reloj.
Los expertos recomiendan modificar los hábitos de sueño, comida, bebida y algunas aficiones para a afrontar este cambio. A continuación os ofrecemos una serie de consejos para afrontar el cambio de hora con alegría y que nuestro organismo se adapte lo más rápido posible al nuevo horario después de perder una hora:
1. De cara a la noche del sábado, cuando perderemos una hora de sueño, lo ideal sería acostarse una hora antes de lo habitual si al día siguiente no vamos a poder levantarnos más tarde para poder dormir unas ocho horas.
2. Los cambios naturales de luz a lo largo de las 24 horas ayudan al organismo a ajustar sus ritmos neurohumorales a las exigencias del día, por lo que es recomendable que nos de la mayor cantidad de luz durante el día.
3. Para ayudar a la adaptación del reloj biológico es preferible evitar echarse la siesta durante unos días.
4. El ejercicio puede ayudar a dormir, pero no es recomendable hacer justo antes de acostarse. Lo ideal es hacer entre 30 y 40 minutos de ejercicio diarios cuando todavía haya luz.
5. Aunque normalmente tampoco es recomendable acostarse con el estómago lleno, los días posteriores al cambio horario es preferible cenar hasta tres horas antes de irse a la cama.
6. También es aconsejable, hasta que el organismo se haya acomodado al nuevo ritmo, evitar la cafeína durante varias horas antes de acostarse y limitar la ingesta de alcohol.
7. Es totalmente contraproducente tener un televisor o trabajar en el dormitorio y es recomendable no utilizar el dormitorio hasta la hora de acostarse.
8. El doctor Feinsilver asegura que podría ser bueno establecer una «hora de las preocupaciones» al menos una hora antes de acostarse «para escribir todas las cosas que le preocupen o que tenga que hacer al día siguiente». Una vez hecho eso, puede dejar de lado la lista y relajarse antes de acostarse.
9. Del consejo anterior se desprende que no hay que realizar ningún trabajo en ordenador una hora antes de acostarse y que lo más recomendable es relajarse leyendo, escuchando música o viendo la televisión.
10. Es probable que los días siguientes no tengamos hambre a nuestra horas habituales de comer pero hay que evitar cambiar los horarios de comidas. Es preferible ajustarse a la rutina: comer a la misma y no saltarse comidas, especialmente el desayuno, no cenar en exceso ni irse a la cama con hambre.

Así le afecta a tu cuerpo el cambio de horario

Este cambio que a priori parece inocuo pero que «puede suponer una modificación de casi seis semanas en el ciclo actividad-sueño, que afecta, sobre todo, a personas con problemas previos de sueño, a niños y a ancianos.
Con el cambio de hora también cambia nuestro reloj biológico interno (o ritmo circadiano), lo que produce un cambio en el ciclo del sueño. Nuestros despertadores internos no se sincronizan hasta alrededor del quinto día tras la variación de la hora, no en términos de actividad, sino en relación al tiempo que dormimos. De este modo, las personas que trabajan a turnos, por ejemplo, se pueden ver muy afectadas.
Para contrarrestar sus consecuencias, el doctor Gonzalo Pin, jefe de la Unidad Valenciana del Sueño de Hospital Quirón Valencia, recomienda una adaptación lenta y progresiva en las jornadas anteriores: «Durante los días previos resulta muy beneficioso adelantar unos 15 minutos el momento de levantarnos, pues así ayudamos a que nuestro organismo se adapte mejor».
Si bien las alteraciones producidas por el nuevo horario no llegan a ser preocupantes en general, sí que puede afectar más intensamente a quienes tienen una estructura biológica o emocional poco flexible o a quienes están sujetos a horarios rígidos, según el doctor Pin. Esas alteraciones dependen de los órganos y sistemas que se ven más activos en el proceso de adaptación:
-En el sistema nervioso central: somnolencia, irritabilidad, dificultades en la atención, la concentración, la memoria. Representan mayor riesgo en individuos que requieren de esas funciones al iniciar el día, como pilotos, conductores, maestros, operarios de máquinas….
-Fatiga, baja el rendimiento, menor productividad.
-Malestar general.
-Cambios en el estado de ánimo, depresión.
-Trastornos digestivos, aumento de secreción del jugo gástrico, disminución diurna y aumento nocturno del apetito.
-Acentuación de molestias psicosomáticas.

Aunque los efectos son transitorios, en los más pequeños el cambio puede provocar de forma temporal irritabilidad, inquietud, fatiga y dificultad para concentrarse.

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